domingo, 20 de enero de 2013

Mis Cervezas Navideñas #MCN2012


Tarde, lo sé, es muy tarde para hablar de cervezas navideñas, pero tenía que acudir al llamamiento "interbloguero" del Observatorio Cervecero que, emulando a Joan del blog Birraire y su FFdA, nos han propuesto comentar nuestras cervezas navideñas, que en mi caso, como no podía ser de otra forma, son dos petróleos.

Como es sabido no existe un "estilo" de Navidad, sino más bien unas pautas, como una mayor graduación alcohólica, el uso de especias o más dulzor, aunque lo único que suelen compartir de forma ampliamente extendida es una etiqueta especial, propia de estas fechas.

En el caso que nos ocupa, si exceptuamos las etiquetas, no tienen mucho que las distancie de otras cervezas menos festivas de su misma casa.

Imagino que cada uno tiene unas expectativas muy personales cuando abre una Winter Warmer, Bière de Nöel, Juleøl, o Christmas Beer, yo espero encontrar un sabor dulce, un aroma especiado y un final muy cálido, tres cosas que me recuerdan mucho a la Navidad, y no puedo evitar sentirme un poco decepcionado si a la partitura le falta alguna de estas tres notas.

Sobre todo me gusta la adición de especias en sus recetas, buscar esa canela, anís o clavo abrigadas por una gruesa capa de dulce malta.

Las dos cervezas que comentaré nos llegan de Dinamarca.


Allí se celebra el J-Dag el primer viernes de cada noviembre para festejar que llega la Navidad (Jule=Navidad + Dag=día). Es una campaña de marketing ideada en 1990 por la cervecera Tuborg (del grupo Carlsberg); ese día recorren las calles de Copenhague sobre coches tirados por caballos repartiendo Julebryg, su cerveza navideña, una "tradición" que ya forma parte de la cultura popular danesa.

Pero no es de la Julebryg de Tuborg de quien vamos a hablar (el que tenga interés puede encontar un muy buen artículo en el blog de JAB), porque afortunadamente hoy nos llegan a España muchas cervezas danesas además de Carlsberg como es el caso de Mikkeller, Toøl, Stensbogaard o Hornbeer

Y a estas dos últimas pertenecen las cervezas que voy a comentar.


JuleStout - Stensbogaard Bryghus

"En rigtig jule øl til dem som kan lide det mørke." 

"Una auténtica cerveza de Navidad para los amantes de la oscuridad", esto reza la etiqueta, podéis imaginaros lo sugerente que es para mí una frase como esta, por eso y por lo difícil que es encontrarla, descansó pacientemente en mi despensa a la espera de convertirse en la estrella de mis cervezas navideñas.

Es una stout con avena de 7,8% con el aroma típico a café, cacao o galletas y un sabor socarrado a pan quemado, cafetoso y achocolatado con un toquecito a regaliz y un final bastante cálido.

Lo mejor es sin duda su aroma que me ha recordado bastante a la Black Albert o la Cuvée Delphine, dos de mis cervezas preferidas.

¿Entonces, dónde está el "pero"?, pues lo cierto es que no debería haberlo, es fantástica y tiene un precio razonable (unos 5€ la botella de 50cl), el único problema es que la vendan como "JuleStout" (Stout de Navidad), porque lo de Stout es indiscutible, pero no acabo de ver ese "Jule"; si normalmente son tenues las líneas que delimitan a las cervezas de Navidad, en este caso para mi son inapreciables, es muy buena, pero echaba en falta alguna especia añadida o más dulzor y no tiene nada que no podamos encontrar en otras muchas cervezas disponibles durante todo el año. Tampoco he encontrado algún matiz "no navideño" que le haga ganar una personalidad propia y distintiva.


Winterporter - Hornbeer

Jørgen Fogh Rasmussen (hermano del exprimer ministro danés Anders Fogh Rasmussen) y su esposa Gundhild (autora de las curiosas etiquetas de Hornbeer) fundaron la cervecería en mayo de 2008, pero en agosto se les incendió, por lo que hasta el otoño de 2009 tuvieron que elaborar en las instalaciones de otras micros.

La "cerveza del cuerno" cuenta en su catálogo con unas 5 cervezas de invierno, la más famosa de ellas es la Hornbeer Juleøl, que cambia de etiqueta cada año, pero también podemos encontrar Julehumle, Funky Elf, Julegris (cerdo de Navidad) en honor al sector financiero, y esta Winterporter de 8,6% a la que añaden miel.

Esta miel contribuye a crear un aroma muy agradable, dulce, meloso, donde encontramos ciruelas pasas, pan quemado, y también un toque cítrico aportado por el lúpulo aunque desde luego es una cerveza más dominada por la malta.

Su sabor es muy terroso, es como morder un trozo de tierra con hierba, con un cuerpo un poco flojo y un postgusto socarrado.

Nuevamente tenemos que preguntarnos ¿qué tiene de winter?, pues lo desconozco, a parte del dibujo de la etiqueta (que lleva por título "noche invernal") el resto podríamos encontrarlo en otras cervezas, quizá el aroma sí cumple un poco más con lo que esperaba, pero el sabor no entra en mi concepto de "winter" aunque no por ello deja de ser una buena cerveza.


Epílogo

Durante las navidades probé otras cervezas "de invierno", de las que no he hablado aquí por ser más "habituales", algunas estuvieron presentes en la Cata de navideñas que organicé y otras no eran lo suficientemente negras para surgir de las profundidades de este blog.

Pero hubo una que merece ser citada, aunque no encaje en lo que podríamos llamar "petróleo".

Se trata de la "Frosted Frog Christmas", de 8,6%, elaborada con canela, jengibre y nuez moscada y madurada en barricas de whisky.

En el cuento, la rana al ser besada se convertía en un príncipe. En esta versión, cuando nos llevamos la rana a los labios, se convierte en un cuenco de arroz con leche.

El aroma es embriagador, me parecía estar escuchando villancicos mientras olfateaba una sinfonía de nuez moscada, bizcocho, galletas de jengibre y canela, canelaza más bien. Y en cuanto a su sabor, pocas veces es tan claro eso de "sabe como huele".

No esperaba menos de unos señores capaces de fabricar la B.O.R.I.S. (una Imperial Stout a la que habría que erigir un monumento).

Esta "Rana Congelada"  es una delicia que espero poder disfrutar cada año y que representa perfectamente lo que yo busco en una cerveza de Navidad.

domingo, 13 de enero de 2013

Cata de Cervezas Negras en La Guindalera




El viernes 1 de febrero a las 8 de la tarde tendremos una nueva cata petrolífera, en esta ocasión será con la Asociación Cultural Guindostán (me encanta el nombre), en el madrileño barrio de La Guindalera.

Siempre es un honor para mí que me pidan organizar una cata, pero esta vez me hace especial ilusión por la calidad y variedad de las actividades que ponen en marcha ("La Civilización Micénica: los inicios de la cultura en Occidente", "Asociacionismo en tiempos de crisis", "Taller de mecánica básica para bicicletas", "Habilidades psicológicas", "Taller de fotografía digital", "Aprender a gestionar conflictos emocionales con adolescentes"... por citar algunas).

Pero también han tenido actividades cerveceras, como talleres de introducción o un "Combate de Lagers", montadas por los los amigos de "Lúpulo a Mansalva", auténticos cicerones cerveceros guindostaníes y los culpables de esta nueva cata rebosante de viscosa y cálida oscuridad.

Probaremos 6 cervezas negras como el ébano, hablaremos de cómo estrujar nuestros sentidos y una vez más habrá varias sorpresas con las que espero hacer disfrutar a todos los que se atrevan a venir.

Sólo me queda añadir que para los socios el precio es de 10€ y que es necesario inscribirse previamente enviando un correo a guindostan@gmail.com.

Tenéis toda la información en el cartel y en el evento de facebook.

lunes, 7 de enero de 2013

Cata de Navideñas - La Crónica (II)

Casi se me pasa la Navidad, pero ya está aquí la Crónica de la Cata de Navideñas con la Asociación Cultural Ágora (Segunda Parte).

Tras una pausa que unos aprovecharon para salir a fumar (a pesar de mis consejos) y otros para ponerse al día con los polvorones, retomamos la cata con otro clásico, St. Bernardus Christmas Ale de 10%, con la que surgió el recurrente tema de las Trapenses, ya que como casi todos sabéis, esta casa elaboró durante años la famosa Westvleteren bajo licencia hasta la creación en 1992 del sello "Authentic Trappist Product" cuando los monjes volvieron a fabricarla. 

Se supone que St. Bernardus continúa con la receta original, por lo que deberían ser básicamente las mismas cervezas, aunque la realidad es que son muy distintas. Esta Christmas Ale es, junto con la Abt 12, lo mejor de la casa, aunque debo reconocer que fue la menos valorada de esta cata de navidad, a pesar de su indudable complejidad (o debido a ello), su aroma y sabor a especias como el clavo, ciruelas pasas o azúcar moreno. No obstante hay que remarcar que este tipo de cervezas ganan mucho con el tiempo, por lo que las próximas navidades será muy distinta y probablemente mejor.



Sin salir de Bélgica subimos un par de grados más hasta los 12% de la Bush Noel, elaborada desde 1991 por la familia Dubuison que llevan en esto ocho generaciones, desde que en 1769 fundan una granja con cervecería para abastecer a los trabajadores y los aldeanos de la zona. En 1931 deciden abandonar la agricultura y dedicarse exclusivamente a la cerveza.

Esta oscura y dulzona Bush Noel no puede ocultar el azucar añadido en su receta ni su graduación alcohólica. Su aroma y sabor recuerdan a caramelo, bayas, uvas o licor. A diferencia de otras cervezas invernales, ésta no lleva especias, lo cual no significa que no podamos encontrarle aromas que nos las recuerden. 


Una cerveza fantástica que hubiera cumplido perfectamente el papel de cierre de cata.

Pero ese honor le quedaba reservado a la Samichlaus, la guinda final. Una cerveza mítica, que con sus 14% fue durante mucho tiempo una de las más alcohólicas del mundo, rebosante de matices que nos recuerdan a otras bebidas como el ron o el jerez, por su dulce calidez y sus toques a uvas y ciruelas pasas, caramelo, miel, galletas y muchas cosas más.

Samichlaus es como llaman a "Santa Claus" en la variedad de alemán que se habla en Suiza, esto es así porque originalmente se elaboraba en Zurich, pero en 1997 Hurliman, la cervecera que la fabricaba desde 1979, cerró sus puertas y con ella desapareció la Samichlaus.

Afortunadamente, la cervecería del Castillo de Eggenberg en Austria, con la ayuda de antiguos cerveceros de Hurliman la resucitaron en el 2000, recuperando también la tradición de elaborarla cada 6 de diciembre (día de San Nicolás) para ser consumida el siguiente invierno. La Samichlaus gana mucho con el tiempo, y si somos capaces de esperar 2 o 3 años podremos disfrutar de una cerveza muy distinta y tendremos la posibilidad de compararla con otra más joven.

Y con esta maravilla llegamos al final del tercer Taller de Cata de Cerveza de la Asociación Cultural Ágora, una asociación dedicada al intercambio cultural en el que la cerveza ha ocupado un papel a la altura de la Astronomía, el Ajedrez, la Fotografía, el Lenguaje de Signos o cualquier otra manifestación cultural, demostrando que es mucho más que un refresco y que detrás de ella hay todo un mundo por descubrir.