miércoles, 10 de abril de 2013

Cata Brutal en Cervezorama



Es realmente difícil superar lo de la Cata Metalera del otro día, pero hacemos lo que podemos por conseguirlo.

Como veis en el cartel, son cervezas muy pero que muy frikis, en especial la Armageddon que con sus 65% es actualmente la cerveza más alcohólica del mundo. 

Lo sé, lo sé, seguro que hay cervezas igual o más ricas con precios menos desorbitados, pero nos puede la curiosidad, y la mejor forma de probar estas cervezas es compartiéndolas.

Además habrá maridaje y sorpresas como no podía ser de otra forma.

En esta ocasión las 7 plazas se han ocupado antes de que me diese tiempo a publicar el cartel, pero si tenéis interés poned un comentario y os avisaré (por orden de comentario) en caso de que alguien no pueda asistir.

lunes, 8 de abril de 2013

Cuvée de L'Ermitage (1992)


Con esta entrada quiero retomar la sección de "La Máquina del Tiempo" aunque cambiando un poco la idea original, a partir de ahora la dedicaré a las cervezas "añejadas", cervezas que tienen al menos cinco años y la mayoría de las veces bastantes más.

Será muy difícil superar aquella Gouden Carolus de 1975 que me tomé en el Kulminator de Amberes, pero todas me han brindado grandes momentos.

En esta ocasión voy a hablaros de una vieja amiga, ya desaparecida, y que muchos recordamos con cariño por ser una de las primeras cervezas con las que nos introdujimos en este mundo.

Aunque últimamente las tuviésemos un poco olvidadas, ¿quién de vosotros no ha disfrutado con Grimbergen?, en especial con la Dubbel, la Optimo Bruno y la Cuvée de L'Ermitage, que podíamos comprar en muchos supermercados y a precios más que razonables.

Hace unos días, mientras echaba un vistazo a la inmensa colección de Jorge Cerveriana, descubrí una polvorienta y rechoncheta botella de Cuvée de L'Ermitage, con aspecto de tener bastantes años. La sorpresa vino cuando comprobé que ¡estaba sin abrir!

La fecha de consumo preferente es de septiembre de 1992, cuando yo tenía 6 añitos, e imagino que la producirían al menos un año antes, en 1991.

Por aquella época todavía no estaba agrupada en el catálogo de las Grimbergen, aparecía como una cerveza de la Brasserie de L'Union, fundada en el siglo XIX, y que pertenece al grupo Alken-Maes desde 1978. Sus instalaciones se encuentran en Jumet, en la provincia valona de Hainaut.
La Ermita de Cocars

En 1927 la Brasserie de L'Union decide contratar a René Duquesnoy, un joven maestro cervecero que con su energía e ideas contribuye a la prosperidad de la Brasserie, él tenía en mente elaborar una nueva cerveza a la que llamaría "Cuvée de L'Ermitage", en honor a la Ermita de Cocars, de la que ya sólo queda una capilla y en estado bastante ruinoso. 

Transcurrirán muchos años sin que la Cuvée salga a la luz, hasta que en 1953 su hijo Pierre la hace realidad creando una cerveza densa de entre 7 y 8 grados de alcohol, para la que usa maltas y lúpulos de calidad, además de la tradicional adición de azúcar. La Cuvée de L'Ermitage consigue ganar un prestigio que le acompañará durante muchos años.

Es de suponer que la adquisición de L'Union por parte de Alken-Maes afectó progresivamente a la cerveza y no para mejor, e incluso cambió de graduación en varias ocasiones (8 - 8,5 - 7,5), posteriormente se convirtió en una Grimbergen más, para seguir cambiando, hasta su desaparición como tal el año 2012.

Algunas de las antiguas etiquetas
No he conocido a nadie que haya probado la anterior a 1978 y pueda decirme si era igual, mejor o peor, pero sí me han hablado de las ediciones de los años noventa y parece ser que era bastante mejor, aunque también hay que tener en cuenta que el paso de los años cambia nuestra valoración de muchas cervezas.

Y así llegamos al momento en el que, haciendo alarde de verdadera amistad, Jorge me permitió abrirla y compartirla con él. Lo cierto es que en ese momento, más que en mi salud, pensé en el olor a oxidativo que probablemente íbamos a encontrar y del que me declaro un enamorado incondicional.

Lo que había detrás de esa preciosa etiqueta con un monje escribiendo a la luz de las velas era ya el esqueleto de una cerveza. Como era de esperar, carecía casi por completo de espuma y tenía un color marrón-caramelo hacia el que parecen evolucionar muchas cervezas añejadas. 

Su aroma recordaba principalmente a la miel, sin faltarle los toques de oxidación que tanto recuerdan al jerez y al cartón. Además tenía un toquecillo desagradable como a col hervida (DMS) y algo que me recordaba al café.

El cuerpo más bien flojo y el sabor pasable, dominado por el café y la oxidación, el alcohol no era muy perceptible como sabor pero sí dejaba cierta calidez. Y por supuesto no quedaba nada que recordase al lúpulo.

Como extra os dejo la descripción que hacían de la Cuvée de L'Ermitage en un catálogo de Maes de la época de esta botella.

El pequeño catálogo tiene por título "Arte, tradición y magia de la cerveza" y este concretamente es de la cervecería "La Cuvée" de San Sebastián de los Reyes.

Como véis, el nombre no podía ser más apropiado.