Después de un mes de trabajo y estudio intensivo vuelvo con vosotros para relataros nuestras peripecias por la Feria de El Milagrito.
La feria se celebró el 8 de septiembre en Montemayor de Pililla, un pequeño pueblo de Valladolid, de unos 1000 habitantes que se volcaron con el evento.
Tras la ronda de saludos, reencuentros, abrazos y risas nos dirigimos apresuradamente a buscar a los Guinea Pigs para probar esa McCui de la que todos hablaban, espoleados por el miedo de que ya se hubiera acabado.
Con el agradable dulzor de la nueva cobaya en nuestros paladares, nos juntamos con algunos amigos para comernos unas pizzas con lúpulo, una prueba más de que los hosteleros se implicaron con la feria.
Cosas a mejorar fueron el sistema de limpiar los vasos, muy original lo de usar un camión de bomberos pero era prácticamente imposible no calarte con el caudal que salía cuando conseguías encontrar la llave que lo abría.
También cambiaría la ubicación de los bailes regionales, no es que no me gusten, todo lo contrario, pero durante el largo tiempo que duraron ocupaban demasiado espacio, dificultando mucho la movilidad por la feria e incluso tapando por completo algun puesto.
A parte de esto, la verdad es que todo lo demás fue fantástico: organización, afluencia de público, baños, precios, vasos, ubicación, música, ambiente, variedad de cervezas, zona de acampada, atención de la prensa... incluso el tiempo era bueno.

En cuanto a las cervezas, bastante variedad, y algunas novedades, me gustó especialmente contar con la presencia de Reptilian y Popaire, habituales en las ferias de Cataluña pero inéditos para mucha gente del centro y que nos trataron tan bien como siempre.
Pude tomarme de nuevo una Heretic (bueno, más de una) prácticamente el único petróleo de la feria, que estaba todavía mejor de lo que la recordaba y se merece un post a parte.
Como curiosidad petrolífera probé una Black IPA de Wittgenstein Brewery y el Barbas Blow, con un nombre que me encantó "HIPAPÓTAMO Africano", me pareció todavía muy experimental, pero estaré atento a futuras versiones. En el cartel que la anunciaba ponía "En la elaboración de esta cerveza no hay amor ni cariño, sólo un profundo odio hacia el género humano y profunda desesperación".
Otra novedad, más pulida y asentada era la Black Feet, colaboración entre Milana, Sr. Bu y el Barbas de Blow, una Black IPA con un aroma y sabor muy agradables y que conociendo a sus padres seguro que gana personalidad con cada nueva edición.
No encontré más petróleos a parte de estos, pero había grandes alternativas como por ejemplo la McCui (un caramelo hecho cerveza), Maricantana de Bresañ (que estaba en su mejor momento), o la Tinta de Pop de Popaire (que ya es un clásico).
Y no puedo dejar de hablar del impresionante bizcocho que nos dejó probar Txus de los Laugar, una Imperial Stout achocolatada en forma de bollo, deberían pensar muy seriamente en emular a los monjes trapenses que elaboran quesos además de cervezas, y fabricar bizkotxo a gran escala.
De madrugada a modo de post-fiesta se formó un corro en torno al puesto de Yria-Guinea Pigs rebosante de buen rollo y algunas perlitas cortesía de las cobayas como una "Aún Más a Jesús", de Evil Twin, tremenda Imperial Stout (¡elaborada en CCM!) y que fue el broche de oro para un gran día de feria.